Nestor O Salgado hoy regala a sus lectoras esta poesía
Caricias
Cuando llego la noche
en mi ciudad
y las luces
artificiales desgarraban las tinieblas
inventando auroras
imposibles.
Llegaste, tan
hermosa, increíblemente bella
descendiste en la
acera y los dioses
del Olimpo se
inclinaron desde el cielo
para contemplarte.
Te esperaba, con la
lógica ansiedad
de todo ser enamorado
con el cálido anhelo
de besarte.
Todo en aquel momento
parecía comenzar…
Los amores del pasado
eran
solo un tenue
recuerdo sin presente
y el beso futuro, la
esperanza…
(s) El Eremita
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