La pequeña cabaña lucia hermosa rodeada de naturaleza y bellas flores cultivadas amorosamente por sus dos caseros.
Vivían allí desde hace dos años; cuando llegaron la casa estaba descuidada, el tejado roto y las plantas habían invadido el patio y cubierto el cerco de madera.
Venían cargados de sueños y esperanzas compartidas, siempre desearon vivir en un lugar así, en pleno contacto con la naturaleza, deseaban pasar sus últimos años de vida realizando lo que mas les apasionaba, escribir y pintar.
Ella era una reconocida escritora y el había ganado popularidad por sus trabajos periodísticos
en varios medios de comunicación.
Cuando decidieron alejarse de la Ciudad muchos pensaron que era una decisión equivocada, pero Ana Paula y Jorge Santiago, a pesar de sus dudas decidieron hacer de sus sueños una realidad.
Al poco tiempo de llegar y un poco hartos de limpiar la maleza y de las privaciones parecían desfallecer, al atardecer solían sentarse en el patio cubierto de la cabaña y tomados de la mano se preguntaban si ese lugar realmente les pertenecía, si era en realidad lo que habían deseado.
El tiempo fue pasando y el amor entre ambos se fue fortaleciendo, la vida les fue dando una nueva oportunidad.
Néstor O Salgado
Derechos de Autor Registrados Participe y Gane Nuestro Premio Nacional en literatura
bases-del-concurso-letras-y-poetas
Gracias por leer, comentar y compartir
Vivían allí desde hace dos años; cuando llegaron la casa estaba descuidada, el tejado roto y las plantas habían invadido el patio y cubierto el cerco de madera.
Venían cargados de sueños y esperanzas compartidas, siempre desearon vivir en un lugar así, en pleno contacto con la naturaleza, deseaban pasar sus últimos años de vida realizando lo que mas les apasionaba, escribir y pintar.
Ella era una reconocida escritora y el había ganado popularidad por sus trabajos periodísticos
Cuando decidieron alejarse de la Ciudad muchos pensaron que era una decisión equivocada, pero Ana Paula y Jorge Santiago, a pesar de sus dudas decidieron hacer de sus sueños una realidad.
Al poco tiempo de llegar y un poco hartos de limpiar la maleza y de las privaciones parecían desfallecer, al atardecer solían sentarse en el patio cubierto de la cabaña y tomados de la mano se preguntaban si ese lugar realmente les pertenecía, si era en realidad lo que habían deseado.
El tiempo fue pasando y el amor entre ambos se fue fortaleciendo, la vida les fue dando una nueva oportunidad.
Néstor O Salgado
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